¿Cuáles son los componentes de la diversidad biológica o biodiversidad?
Sin dudas, el componente que más comúnmente asociamos a la biodiversidad es la diversidad de especies, es decir, todos los tipos distintos de especies de seres vivos que existen. Aunque no es el único. La enorme cantidad de especies diferentes de la Tierra contiene una variedad mucho mayor de genes. La diversidad genética, otro componente de la biodiversidad, permite que la vida en el planeta se adapte y sobreviva a cambios ambientales drásticos, lo que la hace vital para sostener la vida en él.
Por otra parte, la diversidad de los ecosistemas, es decir, la variedad de desiertos, pastizales, bosques, montañas, océanos, lagos, ríos, humedales, entre otros, es otro de los componentes importantes de la biodiversidad. Cada uno de ellos es un reservorio de genes y de especies.
Por último, otro componente importante es la diversidad funcional, es decir, la variedad de procesos que ocurren en los ecosistemas cuando la especies interaccionan entre sí en las cadenas y redes alimentarias.
¿Por qué es importante?
El destino de la humanidad depende de la diversidad biológica, ésta es esencial para el desarrollo sostenible y para el bienestar de los humanos, y clave para reducir la pobreza.
La biodiversidad forma parte vital del capital natural. Nos proporciona alimento, madera, fibras, medicinas… Cumple una función en la preservación de la calidad del agua y el aire, y en el mantenimiento de la fertilidad de los suelos; en el control de poblaciones de plagas y la polinización de cultivos. Es decir, los seres humanos aprovechamos y dependemos de estos beneficios o contribuciones de la naturaleza para nuestro diario vivir, los que sustentan la calidad de vida y el bienestar de las sociedades humanas.
Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB)
La biodiversidad del planeta está siendo severamente afectada por las modificaciones inducidas por las actividades humanas sobre los ecosistemas, entre las cuales destacan el cambio de usos del suelo, la destrucción y fragmentación de hábitats, la introducción de especies exóticas y la alteración de las condiciones climáticas (MEA, 2005). Ante dicha crisis, el CDB fue una de las respuestas de la comunidad internacional de la década de los ´90: en la Conferencia de Nairobi de 1992 se aprobó el texto del CDB, el cual quedó abierto a la firma en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (“Cumbre de la Tierra” de Río de Janeiro), desde el 5 de junio de 1992 hasta el 4 de junio de 1993.
El CDB es un tratado internacional jurídicamente vinculante, que entró en vigor el 29 de diciembre de 1993 y tiene tres objetivos principales:
- la conservación de la diversidad biológica;
- la utilización sostenible de sus componentes y
- la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos.
Su objetivo general es promover medidas que conduzcan a un futuro sostenible. El Convenio sobre la Diversidad Biológica cubre todos los niveles de la diversidad biológica.